En forma de tableta, bien calentito a la taza o en tu postre favorito, el chocolate hace las delicias de mayores y pequeños. Dicen que es bueno para el corazón, que es afrodisíaco, que reduce el colesterol, y además es delicioso.
Helado de chocolate, tarta de chocolate, crep de chocolate… ahora ya no podemos pensar en otra cosa.
¿Te imaginas que se convirtiese en un producto de lujo?
Quizá te parezca exagerado, pero se calcula que para 2030 el chocolate podría situarse como un alimento al nivel del caviar. ¿Tú comes caviar todos los días? Nosotros desde luego que no.
Fresas con chocolate fundido, bombones de chocolate… así es imposible concentrarse.
Ghana, uno de los países que más chocolate producen en el mundo, ya nos alertó del factor más importante para que sigamos teniendo nuestro amado alimento: el tiempo. Y no nos referimos a los segundos que tardamos en comernos un bizcocho de chocolate (segundos, sí, segundos). Hablamos del clima.
El cambio climático es una realidad, todos la conocemos, y el cacao es una planta que necesita unas condiciones muy especiales para poder crecer. Ya tenemos el aviso de que en unos años, y únicamente, por el aumento de 1 grado de temperatura, Ghana y Costa de Marfil, perderán mucha tierra para sus cultivos. ¿Por qué debe importarnos este hecho? Porque estos dos países producen la mitad de cacao que se consume en el mundo entero. Y eso es mucho, mucho, mucho chocolate.
Mousse de chocolate, coulant, dónuts…
¿Puede ir a más esta situación?
Parece que sí. Con el aumento de los 2,5 grados de temperatura previstos para 2050, será imposible cultivarlo en la gran mayoría de terrenos que actualmente se utilizan para ello. Y ya sabemos que viviremos algo similar con el café. Para cultivarlo con tal aumento de temperatura, se tendrán que buscar cada vez terrenos a mayor elevación, hasta que probablemente no existan zonas de cultivo a suficiente altura para producirlo.
Café y chocolate… Capuccino… Vamos a acabar de escribir este artículo con dos kilos más
Con la mirada puesta en el futuro
Como ni tú ni nosotros somos los únicos que no nos imaginamos un mundo sin chocolate, desde hace años se trabaja en producir cacao de laboratorio. Uno que consiga igualar en sabor, textura y, sobre todo, ese no sé qué indescriptible que lo hace inigualable.
Aunque no te parezca que el cambio climático afecta tanto a tu vida diaria, la realidad es que sí lo hace y sus efectos se van a ir notando cada vez más en el tiempo. Por ello, insistir en la sostenibilidad no es una moda, es una visión para cambiar nuestra forma de entender nuestro día a día, y garantizar que las generaciones futuras no aprendan lo que es el chocolate gracias a los libros de historia.
A nosotros nos ha entrado hambre después de esto ¿Te hace un chocolate bien calentito?