¿Te imaginas que en tu restaurante favorito te ofrecieran sandía de postre… en pleno enero? Esta misma situación ocurre día a día con muchos productos que nos venden como si fueran “de proximidad”.
Seguro que, desde hace tiempo, no paras de leer que todo es local, ecológico, bio, de proximidad o KM0. ¿Cómo diferenciar estos productos de los que no lo son?
Consumidores informados
El ejemplo de la sandía seguro que llamaría tu atención, pero no sería tan fácil de identificar si fuese otro tipo de producto. Por ello, lo más importante es que como consumidores nos informemos. ¿Qué es exactamente un producto KM0?
Su cualidad principal es que son productos que tienen en cuenta la distancia entre el punto de recolección o producción, y el lugar de consumo final.
Además, este tipo de productos tienen las siguientes características:
- Debe producirse a menos de 100 kilómetros de distancia.
- En el proceso de producción y transporte se tiene en cuenta la protección del medioambiente.
- Son productos de temporada.
Puedes comprar estos productos en cooperativas, mercados locales o directamente de sus productores. Como esta opción puede no estar disponible para todo el mundo, en muchos supermercados también los encontrarás, quizás incluso en una sección específica para ellos. Eso sí, fíjate en las etiquetas. Normalmente se suele indicar en las mismas la procedencia del producto, pero no siempre es así.
También se puede dar el caso de tiendas en las que los productos de KM0 y el resto están sospechosamente juntos. Tanto, que pueden dar lugar a error. Como aún no existe un sello o certificación oficial del mismo puede ser complicado identificarlos.
La estacionalidad como factor clave
Si hay algo por lo que podemos guiarnos a la hora de identificar estos productos es, sin duda, la estacionalidad. Debido al ritmo de vida que tenemos y el nivel de consumo al que nos hemos habituado, a día de hoy es normal comer todo tipo de alimentos, en cualquier época del año. Pero esto no ha sido siempre así, y es algo que con los productos KM0 se intenta traer de vuelta: el concepto de estacionalidad en los alimentos.
Saber que cada producto tiene una estación en la que estará disponible, pero otras en las que no y buscar alternativas, es básico para vivir de una manera más sostenible. Nuestra demanda para tener de todo siempre a nuestra disposición es precisamente la causa del problema. La explotación de cultivos, animales, importaciones y transporte indiscriminado tienen como objetivo satisfacer nuestras necesidades.
Por eso es necesario un consumo responsable y de temporada. De esta manera, las comunidades se transforman. Es así como en los mercados se incluirán cada vez más productos locales y los restaurantes los integrarán en su oferta gastronómica.
La auténtica palanca de cambio para un futuro más sostenible somos nosotros y nuestras elecciones de consumo. Por ello, debemos saber que cada vez que tomamos una decisión de compra, estamos contribuyendo -o no- a crear un sistema más equilibrado y justo.
Si quieres encontrar restaurantes y otras entidades que apuesten por gastronomía de KM0 y realicen más prácticas alineadas con la sostenibilidad, puedes visitar la web de Biosphere Sustainable y buscar mejores opciones de consumo.