Si un puma está cerca, notarás que se instala un silencio desconcertante. El vello del cuello se te erizará y sentirás un cosquilleo en la piel. Es la sensación de estar siendo acechado.
Así suelen describir los habitantes de la Isla de Vancouver sus encuentros con este felino. Aquí, las anécdotas sobre pumas no son raras, pues es el lugar del mundo con la mayor densidad de este animal. Desgraciadamente, las anécdotas no se caracterizan por los finales felices pues, a lo largo de la historia, no hemos tenido una buena convivencia con ellos. En la Isla de Vancouver se han producido más ataques de pumas que en ninguna otra región de Norteamérica.
Desde el inicio de la colonización europea, los pumas y los humanos entraron en conflicto. Estos depredadores eran considerados perjudiciales y debían ser eliminados para crear un entorno seguro para las importaciones de animales domésticos europeos.
Pero los pumas no eran una presa fácil de exterminar, y no solo por su carácter esquivo. A medida que los colonos desbrozaban las tierras, esto fomentaba el crecimiento de las poblaciones de ciervos, su principal presa.
Los pumas fueron clasificados como alimañas en la Isla de Vancouver desde 1849 hasta 1966. Mucha gente pensaba que solo había un buen uso para un puma: una alfombra para el suelo. De hecho, en esta isla el gobierno llegaba a pagar hasta 40 dólares por puma abatido y se mataban una media de 135 pumas al año.
Cuando se suspendió definitivamente el sistema de recompensas en 1957, la Subdivisión de Control de Depredadores del gobierno asumió la función de exterminar a los pumas, que fueron reclasificados como "animal de caza mayor". Hasta ese momento, los depredadores no se consideraban animales de caza porque no se cazaban por placer, sino por el deseo de proteger el ganado.
La visión que se tenía de los pumas empezó a cambiar a mediados del siglo XX. Cuando la urbanización y el crecimiento económico sacaron a la población de las granjas, los pumas pasaron a considerarse parte de los espacios naturales. Este cambio no fue en absoluto una ruptura limpia. Supuso un choque entre una opinión científica que defendía el valor ecológico de los depredadores y la tradición rural que mantenía que los depredadores eran una amenaza.
La situación actual es muy diferente a la de antaño. En lugar de que el gobierno pague por exterminar pumas, los cazadores residentes tienen que pagar más de 60 dólares si quieren dar caza al felino. Los no residentes deben ir acompañados por un guía de caza con licencia y pagar más de 7.500 dólares. Hoy en día, Isla Vancouver es un destino comprometido por la sostenibilidad del medio ambiente, por lo que ha sido certificado por Biosphere.
A pesar de que los pumas han sido perseguidos durante casi dos siglos en la isla, estos han conseguido mantener una población sana. Se estima que actualmente hay entre 300 y 800 pumas en la isla. Estos animales han demostrado que son un hueso duro de roer y que nunca están totalmente bajo el control humano.
Se trata de un cazador crepuscular, con gruesas patas acolchadas y garras retráctiles, por lo que a veces recibe el nombre de "gato de las sombras". En la Isla de Vancouver se refugian en la densa maleza de la selva y consiguen eludir hasta a los científicos que los estudian.
También son muy adaptables. Aunque los ciervos son su presa principal, se alimentan de cualquier animal que puedan capturar, desde insectos hasta alces. Incluso se les ha visto cazar focas y leones marinos.
Ya que los pumas van a seguir viviendo en Isla Vancouver, lo mejor que podemos hacer es aprender a compartir espacio con ellos. Especialmente, los turistas que llegan a la isla y no saben cómo comportarse con un puma deben informarse bien. Encontrarse con este animal es extremadamente raro, ya que son muy esquivos, pero a veces ocurre.
Investigadoras como Dani Thomson se propusieron trabajar para reducir al mínimo el contacto entre turistas y pumas, estudiando los lugares donde es más probable que se de un encuentro. Según ella, "Los puntos calientes de avistamiento de pumas suelen estar en lugares donde los campamentos humanos están junto a fuentes de agua dulce, que los pumas también necesitan".
Si te animas a visitar la preciosa naturaleza de Isla Vancouver, consulta antes la Guía de Seguridad de la Isla de Vancouver. Si tienes la suerte de ver uno de estos bellos animales, recuerda lo especiales que son y lo mucho que contribuyen a la singularidad de la experiencia de esta isla.