“Ante la presencia espectacular del destrozo y deterioro sistemático de nuestro planeta, por ese afán desmedido de poder y riqueza, nos encontramos en condiciones de intuir, por ese misterio escondido del instinto, la catástrofe de todo lo que pudiera ocurrir, si no luchamos aportando el esfuerzo de cada uno”, César Manrique.
En 1966, el artista César Manrique volvió a su isla natal cansado del ambiente social de la ciudad de Nueva York. Anhelaba regresar a Lanzarote con sus volcanes, sus calas y su gente. Él siempre estuvo muy comprometido con el medio ambiente y así lo reflejó a través de su arte.
Abrió la isla al turismo, transformándola con su gran poder concienciador. Como explican desde los Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote , sin su obra, sería imposible imaginar hoy en día la isla como es: “En todas sus creaciones, buscaba un diálogo extremadamente respetuoso y enriquecedor con el medio ambiente y la naturaleza y, a la vez, mantenía vivos los valores arquitectónicos de la tradición isleña; remarcando la personalidad de Lanzarote”.
La cultura medioambiental se impregnó en los habitantes de Lanzarote y en 1993, un año después del fallecimiento de Manrique, Lanzarote fue declarada Reserva de la biosfera por la UNESCO. Este plan se pensó desde la perspectiva de la participación ciudadana con el objetivo de fomentar el desarrollo sostenible de la isla.
Pero el paso del tiempo amenaza con el olvido. “Inspirados por César Manrique, la isla destacó por su concienciación con la conservación, pero ha sufrido un crecimiento de población en poco tiempo, y la gente está perdiendo esos valores”, explica Ana Carrasco, directora gerente responsable de la oficina de la Reserva de la Biosfera.
En los últimos años, los propios lanzaroteños y lanzaroteñas están haciendo esfuerzos por reavivar el amor por la riqueza natural, arquitectónica y social de la isla. Con esta meta, la oficina de la Reserva de la Biosfera creó en 2016 el programa de voluntariado ciudadano “Junt@s somos Biosfera”.
“Queríamos implicar a la población de la isla en la propia gestión y conservación de Lanzarote. La Reserva de la Biosfera no es ninguna imposición, la isla tomó esta decisión a través de sus órganos de gobierno, por lo que no puede ser ajena a esta declaración”, explica Carrasco.
“La suma de todos los individuos es lo que realmente producirá resultados. Cuando una amplia mayoría de la población sea consciente de la fragilidad y equilibrio del todo, seremos capaces de revertir la destrucción que hemos puesto en marcha”, César Manrique.
Este programa de voluntariado puso en marcha diferentes iniciativas dirigidas tanto a entidades públicas como privadas que se apoyan en tres pilares: medio ambiente, sociedad y ciencia. Sus acciones incluyen desde la limpieza de costas y playas, hasta el acompañamiento de colectivos en exclusión social y la monitorización de la contaminación de microplásticos.
Para inscribirse, los ciudadanos mandan un correo a somosbiosfera@cabildodelanzarote.com y de esta forma se les avisa de las distintas actividades. La oficina también las publicita a través de sus redes sociales y notas de prensa. La participación está siendo un éxito, pues todas las actuaciones se acompañan de actividades educativas, formativas y de ocio para que los ciudadanos se impliquen de una forma activa, haciendo que la experiencia sea muy enriquecedora.
Sin embargo, según comenta Carrasco, las actividades de Junt@s somos Biosfera ahora están en pausa por la falta de personal. “No descartamos retomarlo, aunque seguramente no sea posible hacerlo con la misma frecuencia que antes. No obstante, tenemos otras actividades, como la de observación del medio marino, que son gratuitas y están abiertas a todo aquel que tenga interés”.
Los turistas que visiten la isla también pueden participar en estas actividades y, además, tienen otras opciones de voluntariados a través de empresas privadas. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Yaiza y la oficina de la Reserva de la Biosfera han apoyado a empresas como Pura Vida Diving y Kayak Walk Lanzarote con sus iniciativas de voluntariado para limpiar de basura distintos puntos del litoral sureño.
En Lanzarote, son muchas las empresas que apuestan por un tipo de turismo respetuoso con el entorno, que dé continuidad a los valores que tanto promulgó César Manrique:
“Tenemos que hacer convivir la industria turística con la defensa del territorio y de la cultura propia. Y esa convivencia es posible, pero, sobre todo, necesaria, obligatoria para no vivir de espaldas al futuro”.