La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad en el mundo empresarial actual, y no es difícil entender por qué.
Según el “Informe de tendencias en turismo rural sostenible” elaborado por EscapadaRural y Biosphere, el 52% de los ciudadanos encuestados busca opciones eco, con certificaciones sostenibles y/o servicios con opciones para compensar su huella de carbono a la hora de organizar un viaje.
Además, como menciona este mismo estudio, enfocarse en el viajero sostenible genera un impacto positivo en el negocio según el 70% de propietarios de alojamientos rurales. Estas cifras muestran que la sostenibilidad se ha convertido en un valor fundamental para la sociedad y que su importancia no deja de crecer.
¿Es realmente beneficiosa?
La sostenibilidad empresarial reconoce que una empresa no opera en un vacío, sino que tiene un impacto en la comunidad y el planeta. Desde grandes corporaciones hasta las tiendas más pequeñas necesitan aproximarse a una gestión que respete el entorno natural y social que le rodea. No solo por el hecho de cuidar su contexto, también para destacar en un mercado muy competitivo y poder mantener y atraer a clientes cada vez más exigentes.
Por ello, si buscas casos reales de éxito, a continuación te presentamos algunos alojamientos con experiencias positivas al invertir en sostenibilidad:
En una de las masías más antiguas de Sitges, Barcelona, conectar con el territorio y entender sus singularidades hace de Sències Can Girona un lugar único para disfrutar del mundo rural y del mar.
Con una tradición de tres generaciones, el cuidado del entorno es uno de los cimientos del proyecto desde sus inicios. Por ejemplo, en sus jardines y huertos, se cultivan plantas autóctonas; al ser una zona de preservación de aves, mantienen los nidos de golondrinas durante el invierno para que en marzo los encuentren, también crean nidos para murciélagos y su balsa es un lugar de cría para patos. Haciendo zoom en la vida animal, insectos como arañas y abejas también son fundamentales para mantener la biodiversidad de la zona.
Por esto, hacen recuento de arácnidos para observar la salud del ecosistema y aseguran la conservación de 4 enjambres, en los puntos más alejados de las viviendas, para consolidar la buena polinización de la flora. A través de talleres de apicultura y visitas al huerto ecológico, los huéspedes pueden acceder a todo este conocimiento de primera mano.
Por otro lado, el certificado Biosphere “también nos acompaña a través de su plan de acciones de mejora a ir implementando herramientas para una mayor eficiencia energética y un alojamiento lo más libre de residuos posible”, afirma Agnes Zander, directora de la masía. Ofrecer alquileres de bicicletas, la posibilidad de comprar productos de la huerta o brindar agua en garrafas de vidrio son otras de las iniciativas que implementa el alojamiento.
De esta forma, Sències Can Girona, consigue ahorrar costes y ofrece a sus clientes una experiencia inmersiva, comprometiéndose en la mejora continua y el trabajo en sostenibilidad a través de Biosphere, tal y como menciona Zander:
“Estar certificados por Biosphere nos ayuda a estructurar y comunicar aquello que ya nos movía desde un inicio del proyecto Sències Can Girona: respetar el entorno”.
Ladoeiro, Portugal, acoge a Quinta dos Trevos, un proyecto que se inició desde la juventud de los fundadores, Maria Celsa Herrero y João Ludgero Moreira dos Santos. Después de adquirir el terreno, su sueño de vivir en el campo, trabajar como artesanos y cuidar el entorno natural se empezó a hacer realidad.
A través de talleres para la producción de velas decorativas, de papel reciclado, iniciación a la carpintería y otras artesanías, el alojamiento rural consigue involucrar a sus huéspedes en las tradiciones y el cuidado del entorno en todos sus aspectos.
Para Maria Celso, el certificado Biosphere “fue un reconocimiento de todas las prácticas que desde siempre tenemos presentes en nuestra vida”. De esta forma, los términos sostenibilidad y resiliencia son “muy fáciles de aplicar” para el alojamiento.
Situada en Tàrrega, en Lleida, una edificación del siglo XVII emerge un alojamiento rural rodeado de historia y naturaleza. En el pasado, La Torre del Codina fue construida para arrieros, personas que se dedicaban al transporte de mercancías por tracción animal, y para segadores y vendimiadores. En la actualidad, el alojamiento rural es Biosphere Certified, ecológico y autosostenible, situado en el Espacio Natural Protegido de Granyena.
Para el cultivo agrícola ecológico y el mantenimiento de la vegetación agroforestal está destinada una parcela rústica. Además, la energía que se consume en la casa se genera a través de placas fotovoltaicas y de un aerogenerador eólico. Después de almacenarse en baterías, se distribuye a través de un control domótico. También se usan acumuladores de calor y una caldera de biomasa para la energía térmica. Estas acciones han conseguido una importante reducción de costes.
Las aguas residuales se tratan mediante una depuradora biológica que utiliza plantas para su tratamiento. Después, el agua sirve de abrevadero para aves, mamíferos y de hábitat para insectos, anfibios y reptiles.
Iniciativas como la reintroducción de especies de lechuza y cernícalos, el mantenimiento de nidos para golondrinas o murciélagos y hoteles de insectos para abejas polinizadoras son algunas de las iniciativas que lleva a cabo el alojamiento. Así, los clientes se introducen al conocimiento de aves de la zona, de la vegetación y obtienen la certeza de disfrutar de una vivencia más respetuosa.
Estas empresas trabajan en conseguir no solo el bienestar de su entorno natural, sino también el de clientes, fomentando tradiciones, el cuidado del medioambiente y las buenas prácticas en sostenibilidad, atrayendo a un nuevo nicho de mercado que busca opciones cada vez más sostenibles.