Según estudios realizados en distintos países del mundo, un coche pasa el 95 % de su tiempo parado y, sin embargo, el 70 % del espacio de una ciudad media está dedicado a estos vehículos. Paralelamente, cada vez notamos más los efectos del cambio climático, por lo que empieza a ser más que necesaria una actuación global coordinada para revertir la situación. Y en este contexto, Barcelona, una ciudad de referencia a muchos niveles, está dando importantes pasos en materia de urbanismo que podrían ser claves para un futuro más sostenible y responsable. ¿Conoces las supermanzanas de Barcelona? Aquí te las presentamos.
¿Qué es una supermanzana?
Como ya sabrás, a día de hoy la mayoría de ciudades están divididas en manzanas, bloques de edificios rodeados de carretera que incluyen un espacio de acera para el peatón. Sin embargo, en demasiadas ocasiones, suele haber una desproporción entre el espacio dedicado a los coches y el que le corresponde al peatón.
Con el proyecto de supermanzanas en Barcelona lo que se hace es agrupar manzanas en bloques de 3x3 hasta formar una mayor de unos 400 o 500 metros de lado, desviando el tráfico en el perímetro de las mismas. Por el interior solo pueden circular coches de los residentes o para carga y descarga, pero siempre a una velocidad máxima de 10 kilómetros a la hora.
Los beneficios de la supermanzana
Esta redistribución urbana tiene beneficios para quienes las habitan, aunque esas ganancias también son notables en la ciudad en general. Estos son algunos de los aspectos positivos que destaca Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona y principal responsable de la implantación de este modelo urbano en la ciudad condal.
El peatón recupera parte del espacio urbano
Como ya te adelantamos, el 70 % del espacio de las ciudades están dedicadas hoy a los vehículos, por lo que con este cambio de paradigma se devuelve buena parte del espacio al ciudadano. Esto permite que los vecinos retomen la calle, incluyendo los niños, pudiendo disfrutar de ella sin riesgo. Hay que tener en cuenta que hay una gran diferencia de mortalidad en caso de atropello cuando un vehículo va a 50 km/h (80 % de mortalidad) a cuando lo hace a 30 km/h (10 %) o a 10 km/h, donde el riesgo es mínimo.
Se ha reducido la contaminación atmosférica en Barcelona
La contaminación atmosférica es uno de los grandes problemas en la sociedad actual. Solo en Barcelona mueren más de 1000 personas al año por esta causa, siendo también la responsable de un 30 % de casos de asma infantil, la dolencia más extendida entre los niños. Por este motivo, las supermanzanas son todavía más importantes, ya que no solo conllevan una importante reducción del tráfico, sino que permiten la instauración de más zona verde, con todos los beneficios que eso conlleva. Según un estudio de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, en la ronda de Sant Antoni, una de las zonas intervenidas, los niveles de dióxido de nitrógeno cayeron un 25 % y las partículas en suspensión (PM10) se redujeron un 17 %.
El ruido también disminuye
Este mismo estudio también ha determinado que en el interior de las supermanzanas se ha reducido el ruido de 65 dB hasta los 35 dB, una cifra mucho más adecuada para las personas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecer los 55 dB como un nivel óptimo de ruido al aire libre.
¿Cuántas supermanzanas hay en Barcelona?
Aunque pueda parecer algo relativamente moderno y es cierto que la ciudad ha avanzado bastante en este sentido en los últimos años, la realidad es que la primera supermanzana de Barcelona fue dispuesta en 1993: el popularísimo barrio de El Born. Ya en 2006 se extendió al barrio de Gracia y, en los últimos años, han llegado a otros barrios de la capital condal como el de Poble Nou, el de Sant Antoni y el del Eixample.
Otras ciudades españolas con espacio para peatones
Aunque, por su tamaño e importancia, Barcelona se ha convertido en toda una referencia europea en este sentido, en España hay buenos ejemplos de urbanismo sostenible y más orientado al peatón. El más renombrado, quizá, es el caso de Pontevedra, una ciudad cuyo centro y buena parte de sus barrios son peatonales. O Vitoria, el mejor ejemplo de urbanismo y movilidad sostenible del país. Otros buenos ejemplos son Bilbao, Valencia, Granada, Sevilla o Zaragoza, donde los viandantes tienen mucho espacio libre de coches.
¿Y qué están haciendo nuestros vecinos europeos?
Pero más allá del caso de España, cada vez son más las localidades europeas conscientes del necesario cambio de paradigma en el modelo de urbanismo y movilidad. Entre los ejemplos más destacados están Amsterdam y Copenhague, dos ciudades líderes en el uso de la bicicleta, pero, también, en la convivencia entre peatones y vehículos. En realidad, y al margen de Amsterdam, los países nórdicos suelen encabezar todo tipo de rankings relacionados con sostenibilidad y economía verde.
Por su parte, entre las grandes capitales europeas, destaca Londres, que lleva todo este siglo tratando de reducir la congestión de su ciudad y favorecer y otras formas de desplazamiento, o París, que ha dado un gran paso hacia delante en los últimos años. Estos son solo algunos ejemplos, aunque cada día hay más.
Y es que, como decíamos al principio de este artículo, la complicada situación medioambiental en la que nos movemos en la actualidad requiere un cambio en nuestro modelo de vida. Y, desde luego, las supermanzanas son un gran ejemplo de por dónde deberían ir nuestros esfuerzos.